Notas para la preparación de la pregunta "Caracteres de Julián y Nucha, y de Sabel y Primitivo".
Julián: su vocación religiosa está condicionada en cierta forma por su entorno socioeconómico; el hecho de ser el hijo único de una de las personas de servicio de los Lage, la extremada religiosidad de su madre y el haberse volcado en su cuidado y en el del resto de miembros de la familia; este exceso de cuidados determina la fragilidad física y de su carácter e incluso su feminidad (pues se educó en un ambiente fuertemente femenino, ya que en su casa únicamente vivía un señorito). La vida de Julián parece estar abocada a la circularidad en torno a los Lage: se educó en casa de los Lage con más lujos que los miembros de su clase social; se formó como sacerdote por imposición tácita materna y de la familia Lage (era el destino común para los hijos de familias humildes que querían prosperar; las familias humildes se consideraban muy honradas cuando uno de sus hijos se ordenaban sacerdotes). Después de ordenarse estará destinado a servir como capellán a la familia.
La religiosidad de Julián será de tipo tradicional y especialmente puntillosa en cuestiones de moral, lo que choca con la forma de vivir de la Galicia rural.
Es muy importante tener en cuenta su relación personal con los Lage para valorar adecuadamente su relación con Nucha, en la que se podría ver la sublimación de tipo religioso de un afecto humano (es decir, Julián estaría enamorado de Nucha, pero al no poder reconocérselo ni a él mismo tiñe este afecto de tintes religiosos. Recordemos que la compara con la virgen María).
Nucha: al ser la hermana menos agraciada (es bizca, delgaducha y camina muy encorbada) su familia la dotó de forma indirecta de recursos para poder mantenerse y permanecer en el hogar paterno al cuidado de su progenitor. Nucha es un ser frágil, humilde, obediente y sumiso que acepta el casamiento con su primo por respeto absoluto al principio de autoridad. Ella hubiese preferido dedicarse a la vida contemplativa (ser monja). Incluso acepta y no responde a las críticas de sus hermanas ante su unión inesperada. Su religiosidad es muy sincera. Representa la imagen de la casada perfecta. La evolución del personaje se percibe después de su maternidad. El largo y doloroso parto, el hecho de que no le dejen criar a su pequeña y la soledad (pues Pedro la "abandona" al saber que el ansiado heredero no ha llegado) la van convirtiendo en un ser nervioso, inseguro, tendente a los ataques de pánico y a las crisis nerviosas. Su estancia en los Pazos de Ulloa provoca la pérdida de su inocencia y la llegada de la desesperanza. Por último, destacar su capacidad de intuición que le permite no caerse durante su embarazo e intuir la infidelidad de su marido.
Sabel: se la presenta como un ser animalizado, indolente, desvergonzado, vitalista, lujurioso y que acata el mandamiento paterno de tener relaciones con el marqués. Se aprovecha del poder que le concede la situación, pero más lo hace aún su progenitor. Sabel mantiene de forma paralela una relación con un apuesto gaitero. Acata de forma pasiva, resignada las palizas que le da Pedro, porque Sabel entrega su cuerpo, pero no a ella misma en la relación, y el "marqués", loco de celos, intermitentemente le da unas palizas tremendas. Aunque es un personaje que se nos presenta de forma muy negativa, una lectura actual nos obliga a empalizar con él: una mujer a la que su propio padre obliga a prostituirse y a insinuarse para poder controlar a todos aquellos que le puedan hacer sombra y enriquecerse. Esto mismo sucede con Julián: en varias ocasiones se le insinúa. Es la manera que tiene Primitivo de intentar controlarlo y convertirlo en otro de sus títeres.
Primitivo: El nombre nos indica que nos hallamos ante un personaje brutal, sin prejuicios, ni valores. Primitivo es el verdadero amo de la comarca porque sabe aprovecharse de las debilidades de sus semejantes: el alcohol en el caso del abad, el sexo o el amor en el caso del marqués, y el dinero en el caso de otros. Manipula a don Pedro (utilizando y a su hija) y se aprovecha de su statu quo para enriquecerse. No sabemos si la autora lo utilizó como imagen del cambio social (el enriquecimiento algunas personas provinientes de las clases populares). También participa activamente en el fraude electoral .
Julián: su vocación religiosa está condicionada en cierta forma por su entorno socioeconómico; el hecho de ser el hijo único de una de las personas de servicio de los Lage, la extremada religiosidad de su madre y el haberse volcado en su cuidado y en el del resto de miembros de la familia; este exceso de cuidados determina la fragilidad física y de su carácter e incluso su feminidad (pues se educó en un ambiente fuertemente femenino, ya que en su casa únicamente vivía un señorito). La vida de Julián parece estar abocada a la circularidad en torno a los Lage: se educó en casa de los Lage con más lujos que los miembros de su clase social; se formó como sacerdote por imposición tácita materna y de la familia Lage (era el destino común para los hijos de familias humildes que querían prosperar; las familias humildes se consideraban muy honradas cuando uno de sus hijos se ordenaban sacerdotes). Después de ordenarse estará destinado a servir como capellán a la familia.
La religiosidad de Julián será de tipo tradicional y especialmente puntillosa en cuestiones de moral, lo que choca con la forma de vivir de la Galicia rural.
Es muy importante tener en cuenta su relación personal con los Lage para valorar adecuadamente su relación con Nucha, en la que se podría ver la sublimación de tipo religioso de un afecto humano (es decir, Julián estaría enamorado de Nucha, pero al no poder reconocérselo ni a él mismo tiñe este afecto de tintes religiosos. Recordemos que la compara con la virgen María).
Nucha: al ser la hermana menos agraciada (es bizca, delgaducha y camina muy encorbada) su familia la dotó de forma indirecta de recursos para poder mantenerse y permanecer en el hogar paterno al cuidado de su progenitor. Nucha es un ser frágil, humilde, obediente y sumiso que acepta el casamiento con su primo por respeto absoluto al principio de autoridad. Ella hubiese preferido dedicarse a la vida contemplativa (ser monja). Incluso acepta y no responde a las críticas de sus hermanas ante su unión inesperada. Su religiosidad es muy sincera. Representa la imagen de la casada perfecta. La evolución del personaje se percibe después de su maternidad. El largo y doloroso parto, el hecho de que no le dejen criar a su pequeña y la soledad (pues Pedro la "abandona" al saber que el ansiado heredero no ha llegado) la van convirtiendo en un ser nervioso, inseguro, tendente a los ataques de pánico y a las crisis nerviosas. Su estancia en los Pazos de Ulloa provoca la pérdida de su inocencia y la llegada de la desesperanza. Por último, destacar su capacidad de intuición que le permite no caerse durante su embarazo e intuir la infidelidad de su marido.
Sabel: se la presenta como un ser animalizado, indolente, desvergonzado, vitalista, lujurioso y que acata el mandamiento paterno de tener relaciones con el marqués. Se aprovecha del poder que le concede la situación, pero más lo hace aún su progenitor. Sabel mantiene de forma paralela una relación con un apuesto gaitero. Acata de forma pasiva, resignada las palizas que le da Pedro, porque Sabel entrega su cuerpo, pero no a ella misma en la relación, y el "marqués", loco de celos, intermitentemente le da unas palizas tremendas. Aunque es un personaje que se nos presenta de forma muy negativa, una lectura actual nos obliga a empalizar con él: una mujer a la que su propio padre obliga a prostituirse y a insinuarse para poder controlar a todos aquellos que le puedan hacer sombra y enriquecerse. Esto mismo sucede con Julián: en varias ocasiones se le insinúa. Es la manera que tiene Primitivo de intentar controlarlo y convertirlo en otro de sus títeres.
Primitivo: El nombre nos indica que nos hallamos ante un personaje brutal, sin prejuicios, ni valores. Primitivo es el verdadero amo de la comarca porque sabe aprovecharse de las debilidades de sus semejantes: el alcohol en el caso del abad, el sexo o el amor en el caso del marqués, y el dinero en el caso de otros. Manipula a don Pedro (utilizando y a su hija) y se aprovecha de su statu quo para enriquecerse. No sabemos si la autora lo utilizó como imagen del cambio social (el enriquecimiento algunas personas provinientes de las clases populares). También participa activamente en el fraude electoral .
gracias!
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